DIETA KETO
¿Dieta de moda no incomoda?
Por Soledad Stefani
Las ya conocidas dietas keto –término que viene del inglés ketogenic, en español cetogénico– se pusieron de moda en los últimos tiempos y son muchas las personas que recurren a ellas no solo para perder peso, cosa que se consigue de forma rápida y bastante efectiva si se hacen bien, sino también para recuperar energía y, en definitiva, sentirse mejor.
No hay que confundir las dietas keto con las low carb, porque, aunque ambas limitan la ingesta de carbohidratos y muchas personas las nombran indistintamente, existen diferencias que hacen que las keto puedan seguirse solo de forma puntual según especialistas, mientras que las bajas en carbohidratos se puedan mantener durante más tiempo. Estas últimas tienden a ser más llevaderas y más sostenibles a largo plazo. La diferencia más significativa es que las dietas low carb como la Atkins, Paleo o South Beach se centran en las proteínas, mientras que las Keto se centran sobre todo en el consumo de grasas.
Una dieta keto consiste en consumir diariamente un 5%-10% de hidratos de carbono, un 10-20% de proteína y un 60-70% de grasa. (Estos porcentajes pueden variar)
El objetivo de este tipo de dieta es lograr que el cuerpo entre en cetosis. Esto se produce cuando el organismo comienza a usar las grasas para obtener energía, generando lo que se conoce como cuerpos cetónicos, cosa que solo pasa cuando el aporte de carbohidratos no supera el 5% del total diario, es decir entre unos 15 y 20 gramos aproximadamente. Algunos planes admiten hasta 50 gramos por día, pero siempre en este tipo de dietas el consejo es que esa ingesta sea menor. Para darse una idea de cuánto es esto, una banana de tamaño mediano contiene cerca de 25 g de carbohidratos.
Pero este tipo de dietas restrictivas donde no se consume la suficiente cantidad ni variedad de vitaminas, minerales y fibra, trae aparejados riesgos. Sucede mucho con esta dieta alta en grasas que, si no lo controla un profesional, la persona puede ingerir una cantidad de grasas saturadas que no es saludable para nada. Estos son algunos de los riesgos de una dieta Keto prolongada o excedida en grasas saturadas como panceta, salchichas, algunos quesos, manteca, entre otros.
Aumento del Colesterol LDL: esto se debe sobre todo a la ingesta de grasas saturadas, por eso se recomienda que estas no superen el 7% de la ingesta calórica diaria.
Deficiencia de nutrientes: al no comer una amplia gama de vegetales, frutas ni granos, existe riesgo de déficit de micronutrientes como vitaminas y algunos minerales.
Problemas hepáticos: al tener que metabolizar tanta cantidad de grasa, puede pasar que este tipo de dieta empeore alguna condición preexistente en el hígado.