¿SOS EX ALUMNO DEL COLEGIO? ¿DE QUÉ GENERACIÓN?

Soy generación 1968, en mi clase estaban Jacky Orr, Fabián Vejo, Daniel Pelenur, Quinco Requena, Rafael Ruano, Philip Campbell, el querido Gordo (Jorge) Varela, y varios más. Un grupo que mantengo hasta el día de hoy.

¿LLEGASTE A IR AL BRITISH DE POCITOS?

Sí, cuando se inauguró el Senior en Carrasco, yo estaba en 5to o 6to de escuela así que estuve en los dos lugares.

¿QUÉ RECUERDOS TENES COMO ALUMNO DEL BRITISH?

Nunca fui un buen alumno, pero pasé muy bien en el colegio, me he divertido mucho, tengo muchísimos recuerdos y me acuerdo de Pocitos también. Jugar al fútbol en el patio del fondo sobre el cemento, el estar separados los varones de las chicas, las espiábamos a través de una puertita que había en el patio y ellas a nosotros (risas). Me acuerdo de estar frente a la directora, en penitencia.

El venir a Carrasco fue algo muy lindo también, yo vivía cerca y pasaba a buscar a algún amigo y veníamos en bicicleta.

¿TENÍAS MUCHOS COMPAÑEROS DE ORIGEN INGLES?

Tenía unos cuantos que eran como yo, de abuelos británicos, en mi caso ingleses por parte de padre y escoceses por mi madre, pero ninguno de los 2 nacieron en las Islas Británicas. Mi padre nació en Chile y mi madre en Argentina.

Dentro de mi clase había como 10. No sé si éramos mayoría, pero había una buena representación británica y eso fue una continuación de lo que fue originariamente el Cricket.

El Cricket cuando se mudó acá, a los predios del Colegio había muchos con apellido inglés. Eran los mismo que mandaban a sus hijos al colegio. Yo soy socio vitalicio del Montevideo Cricket Club.

Lo primero que construyeron en el predio fue una sede bastante precaria, con material del ferrocarril. Años después construyeron el edificio dónde estaban los vestuarios y el Club House y después hicieron la piscina.

Mi padre jugaba al Cricket, venias acá un sábado al mediodía y eran todos ingleses con su gin-tonic, almorzaban y después se iban a jugar. Era un club británico. Y todos mis amiguitos del colegio mayores o menores, nos juntábamos los fines de semana, acá.

¿TE ACORDAS COMO FUE LA TRANSICION DEL COLEGIO AL CLUB? ¿DE USAR LA VERDE A PASAR A USAR LA AZULGRANA?

Sí, me acuerdo perfecto. Era un cambio muy importante porque salíamos de Carrasco para ir a la Ciudad Vieja, de noche, había que subirse al ómnibus. No era como ahora que van todos en auto. Poca gente tenía auto. Nosotros íbamos y volvíamos en bondi, durante varios años.

La primera vez que fui al club fue en 1968. Después que terminaron las clases, los jugadores del Plantel Superior nos invitaron, nos hicieron “el bautismo” y todas esas cosas, pero era tranqui.

En esa época yo empecé a trabajar, tenía 19 años, trabajaba medio día, el otro medio día estudiaba, pero desde 1969 que me hice socio de Old Boys, nunca dejé de ir. Por eso conocía bien lo que era la vida del club social y deportiva. Durante la semana almorzando en la sede y entrenando en la rambla y los fines de semana con el rugby en Carrasco. Éramos con suerte 120 socios. Una lucha para pagar las cuentas.

¿SIEMPRE TUVISTE PERFIL DE DIRIGENTE?

Lo que pasaba en aquella época en Juan Lindolfo Cuestas era que había pocos socios y bastantes pocos usuarios del club. Los socios que eran rugbistas iban 2 veces por semana al club, de noche, no tenían casi actividad, solo pegarse una ducha después del entrenamiento e irse para sus casas.

Y sí había un grupo de veteranos que iban a almorzar y el grupo de squashistas que eran unos cuantos. Tuvimos muy buenos jugadores de squash en el club. Yo jugué bastante, pero era un jugador de segunda. Me agarraba cualquiera de primera y me daba una paliza.

La cosa es que como participaba en los todos los grupos de actividades del club, tenía un vínculo y un conocimiento mayor del club que la mayoría.

Y llegó un momento en que pensaba “No puede ser que esto que es una extensión de The British Schools, no pueda transformarse en algo más serio, por lo menos ¡que esté arreglado!” (risas).

Teníamos canchas de squash que tenían piso de hormigón, se nos llovía el techo.

Me metí en la directiva a los 21 y colaboré con varios presidentes y a los 28 fui electo Presidente. Siempre tuve esa vocación de tratar de dar una mano para tratar de mejorar. Todo eso en un ambiente complicado, por la poca gente que había. No había plata para nada, cuando teníamos que inscribir los equipos para los campeonatos había que juntar la plata y el que no podía, otro ponía por él, era todo bien a pulmón.

La primera obra que hicimos fue ponerle tablas de pinotea a las canchas de squash, cosa que las mejoró mucho.

ENTONCES PRIMERA PRESIDENCIA, AÑO 80, VOS CON 28 AÑOS. CONTEXTUALIZA LA SITUACIÓN

Año 80, todavía estábamos bajo un gobierno militar. La sede en Lindolfo Cuestas quedaba enfrente de la Armada y no podíamos estacionar sobre esa calle. Había que tener cuidado cuando caminabas por allí, no andar gritando. Muchas veces te paraban para pedirte la identificación. Era una época complicada.

¿CÓMO ERA LA PROBLEMÁTICA CON EL CRICKET?

El problema no era entre Old Boys y el Cricket. Era que cuando el Colegio compró estos terrenos, los directivos del Colegio eran todos socios del Cricket, eran los que iban a Sayago, yo iba a Sayago los fines de semana con mis padres que jugaban al tenis y yo jugaba con mis amiguitos del Colegio.

El Colegio necesitaba al Montevideo Cricket como Institución, para poder darle uso y empezar a trabajar este lugar. Entonces el arreglo al que llegaron era que durante la semana el Colegio tenía prioridad absoluta para el uso de las canchas y del predio en general. Y el fin de semana había algunas canchas de fútbol, hockey y rugby que eran de uso exclusivo del Cricket y el que se encargaba del mantenimiento y cuidaba las canchas era el Cricket.

Era un negocio ideal para los 2 porque el Colegio tenía lo que tiene hoy, y tenía una institución de gente amiga que los ayudaban con el mantenimiento y marcado de las canchas.

Eso duró muchos años. Mi infancia y hasta que me fui del Colegio, los fines de semana los pasaba en el club que era el Cricket, iba a la piscina en verano.

Yo hoy con 71 años me considero un pibe al lado de aquellos mayores, que se fueron yendo y el vínculo de la comunidad británica con el Colegio comenzó a desaparecer y el Board del Colegio se fue distanciando.

Después hubo un movimiento por parte de Old Boys y Old Girls que comenzó a conversar con el Colegio la posibilidad de modificar ese arreglo.

Era una cosa que se caía de maduro que iba a suceder en cualquier momento porque, cuando el Club que está adentro de tus canchas tiene poco vínculo con el Colegio y con la British Society era difícil de sostener. Nunca hubo grandes problemas más allá de que algún inconveniente entre el Colegio y el Cricket.

Yo quiero mucho y respeto al Montevideo Cricket, uno de los clubes más antiguos del Uruguay, pero eventualmente se dio lo que se tenía que dar.

¿ESE MOVIMIENTO COMENZÓ DURANTE TU PRIMERA PRESIDENCIA?

En el año 83 junto con las Old Girls y firmamos una carta solicitándole al colegio rever la posibilidad de reemplazar al Montevideo Cricket con los Old Boys & Old Girls.

La primera respuesta fue un no rotundo, pero al tiempo se iniciaron conversaciones. Nosotros estábamos seguros que era cuestión de tiempo.

Finalmente, cuando se logró que el Colegio volviera tener control total sobre sus terrenos nuevamente, ya comenzó el tema sobre ¿qué iba a pasar en el futuro, cuando Old Boys & Girls fueran muchos y estén funcionando en estos terrenos?

En la Asamblea en la cual se decidió que nos veníamos para acá, yo no estaba de acuerdo. Pensaba que era una macana, a pesar de haber sido activo en la salida del Cricket.

Hoy por hoy creo que hay un contacto muy fluido con el Colegio y no hay inconvenientes, pero una cosa que es muy importante es el nuevo Anexo de Old Boys y Old Girls que permite que tenga su propio lugar para jugar y eventualmente desarrollarse allá.

 

CONTANOS SOBRE TU ETAPA COMO ENTRENADOR

Jugué hasta los 27 años y a los 40 tuve mi primera y única experiencia como entrenador. No veníamos bien y me postulé como entrenador. Lo único que quería era inyectarles a los jugadores un poco más de sangre y de actitud hacia el rugby. Cuando yo jugaba, éramos competitivos, siempre fuimos un equipo joven por lo que capaz sufríamos el sometimiento físico de algunos equipos, pero les ganábamos porque jugábamos mejor.

Después empezó la época de Carrasco Polo con Ormaechea (Diego) y Amarillo dirigiendo que fue el gran promotor de esa máquina en que se terminó transformando el CPC, con tipos grandes y fuertes.

El año anterior al que asumí habíamos salido penúltimos en el campeonato. No me acuerdo con quien hable, pero aceptaron que yo sea el entrenador, nombre a un PF totalmente ajeno al rugby y empezamos una pre temporada.

Yo era ex jugador de rugby y agarré la dirección técnica 13 o 14 años después de haber dejado de jugar. No solo dejé de jugar, sino que también dejé de ver rugby porque jugaba al golf, tenía 3 hijos y no me gusta ver rugby del club, me pongo muy nervioso. En aquella época era igual, envejecí 10 años aquel año y medio que entrené de las calenturas que me agarraba. Lo único que hice fue tratar de cambiarles la mentalidad, estaba 3 veces por semana con los jugadores y muchos de ellos no venían, había que llamarlos.

La cuestión es que mejoramos notoriamente. Debutamos contra Polo en su cancha… ¡y les ganamos! Con un drop agónico de Juan Cat. Fue histórico y era como si hubiéramos salidos campeones del mundo, había un montón de gente.

Creo que lo que inculqué fue un poco más de espíritu competitivo, de lucha, porque enseñar rugby, no pude enseñar mucho. Con decirte que yo había jugado de forward. No tenía idea de qué hacer con los backs, entonces lo agarraba a Cesar (Cat) y le decía “vos agarra a los tres cuartos y hacé lo que quieras”. Yo trataba de juntar a los gordos y de que jugaran más como equipo. ¡Y que entrenaran! Porque ese era el problema, falta de entrenamiento y organización dentro de la cancha

Funcionó aquello, salimos segundos ese año.

ENTRENASTE A JUGADORES QUE DESPUES FUERON MUY IMPORTANTES EN LA HISTORIA DEL CLUB

¡Cómo no! Escúchame, estaban Quicho (Juan Carlos) y el Negro (Juan Bautista) Bado. Alfonso Cardoso, Gabriel Borrás, Juan y Cesar Cat, Toti Monzon etc. Un montón de jugadores buenos.

En un festejo acá en el club, hace unos años, hablando con el Negro Bado le decía que yo enseñarles a jugar al rugby no lo podía hacer nunca porque no sé enseñar rugby. Compré videos, libros, traté de prepararme de la mejor manera, pero no me sirvió de mucho. Y el Negro me dijo “Es verdad, no me enseñaste rugby, pero vos me enseñaste a ganar”. Y ese fue quizás, el elogio más grande que he recibido de un jugador al que entrené.

¿HOY SOS UN SOCIO ACTIVO?

Yo me divertí mucho en el club, siempre. Es un cariño muy grande que tengo por esta Institución y por el Colegio. He venido muchísimo, vivo a 5 minutos de aquí. En el último tiempo venia mucho a jugar al tenis, a almorzar. Pasamos bárbaro.

La pandemia me cortó esa rutina y además tengo otras ocupaciones afuera que me llevan tiempo, pero hay varios amigos que siguen viniendo y yo cuando vengo, conozco a todos.

¿QUÉ PENSAS CUANDO VES EL CLUB HOY?

Hoy lo veo como un club con futuro, por lo que tiene acá y por lo que se está haciendo en el anexo.

El club tiene futuro y una cantera que es el colegio y lo que hay que tratar de hacer, es que el jugador de cualquier deporte se mantenga dentro de la Institución jugando, porque Old Boys & Old Girls en todas las épocas tuvo gente que cuando empezaba a estudiar o trabajar, dejaba de venir al club.

Ese es el espíritu que hay que tratar de inculcar. No dejes de jugar a los 21 años, jugá hasta los 30 el deporte que sea.

El estar vinculado a la Institución en sí es algo fantástico.

¿QUÉ MENSAJE LE DEJARIAS A ESOS JOVENES QUE VAN TERMINANDO LA ETAPA DEL COLEGIO Y TIENEN QUE ELEGIR SI SEGUIR EN EL CLUB?

Te respondo desde mi experiencia. A pesar de no haber sido un buen alumno siempre le tuve un gran amor al Colegio, siempre tuve actividad de todo tipo aquí, hice muchos amigos y amigas.

Les diría que se traten de integrar de alguna forma participando de alguno de los deportes porque así mantienen el vínculo no solo con su generación sino también con gente nueva, más grande y más chica. Es importantísimo para la vida.

Yo vengo al club y me cruzo con chicos que de repente no sé cómo se llaman y me dicen “Hola Norman ¿cómo te va?”.

No hay cosa como los amigos. El tesoro que una persona puede tener son sus amigos, son sus vínculos. Y eso lo logras participando porque si no participas te vas diluyendo en el tiempo.

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