¿SOS EX ALUMNO DEL COLEGIO?

Desde jardinera a 4to de Liceo, entré en 1961 y salí en 1972.

 

¿LLEGASTE A IR AL BRITISH DE POCITOS?

Sí. A Carrasco nos mudamos en el año 66. Yo estaba en 3ro de Primaria y fuimos los que inauguramos el edificio. Secundaria ya estaba en Carrasco.

¿QUIÉNES ERAN TUS COMPAÑEROS?

Mis compañeros de clase que vienen al Club siguen siendo mis amigos de la vida: Ricardo Deal, Gonzalo Pereira, Pablo Pereira, Conrado Larrauri, Pepe Pollio. Otros compañeros muy queridos son Mauricio Crosa y Ricardo Varela y no puedo olvidarme de Chocho (Rafael) Varela, Roberto Ciraco y Franklin Secco que lamentablemente nos dejaron.

 

¿TENES RECUERDOS DEL COLEGIO EN POCITOS?

Si, muchos. Lo más difícil de olvidar es que en los recreos -porque en las clases estábamos juntos-, las chicas estaban por un lado y los varones por otro. En el patio había un muro que nos separaba con una puertita y por ahí espiabas (risas).

Los techos eran altísimos, el hall parecía enorme, jugábamos mucho al fútbol en el cemento, era muy divertido.

¿CÓMO ERA EL COLEGIO CUANDO SE MUDARON A CARRASCO?

Era más o menos como es ahora, pero alrededor no había mucha cosa.

¿ERAS DEPORTISTA?

Hacía lo que dictaba en el Colegio: Atletismo y chiveo en Primaria y después en secundaria, rugby. En aquella época todavía no había rugby en Primaria.

¿QUÉ ESTUDIASTE?

Soy Licenciado en economía.

¿DEL RUGBY QUE RECUERDOS TENES?

Jugué hasta 4to de Liceo. En el año 73 cuando salí del Colegio y empecé a jugar en Old Boys, tuve un accidente de auto muy grande y ahí se cortó mi carrera deportiva. Jugaba de medio scrum.

¿QUÉ TE PASÓ?

Choqué contra un camión, estuve 4 días en coma, me rompí una pierna, el brazo, la cabeza, por eso tengo estas cicatrices.

Iba con un amigo y yo manejaba. Resucitamos, pero como consecuencia de ese golpe en la cabeza me prohibieron jugar al rugby. Como yo era joven y cabezón jugué igual y al segundo partido me golpeé la cabeza y perdí el conocimiento. Y ahí se acabó. Tenía 17 años.

¿QUÉ RECUERDOS TENES DE LA SEDE DE LINDOLFO CUESTAS?

Innumerables recuerdos. Yo era de los que iba a almorzar todos los días al club. Había una barra muy grande y siempre te encontrabas con amigos. Ese corte al mediodía en Old Boys era espectacular. Había una mesa donde se jugaba al dudo, después de almorzar algunos jugaban a las cartas, al truco, al tute. Era muy divertido.

¿SIEMPRE TUVISTE PERFIL DE DIRIGENTE O TE FUISTE ACERCANDO CON LOS AÑOS?

Me fui a estudiar un tiempo a Estados Unidos a mediados de los 80 y fue la época donde el club sufrió una gran transformación. Por un lado, negociar con el Cricket la salida de aquí y recuperar la relación y el vínculo con el Colegio, tarea en la que siempre estuvimos enfocados. Tratar de que el club sea una continuidad en los valores del Colegio con los ex alumnos y seguir alimentando algo que tiene Old Boys & Girls que es grandioso que es la mezcla intergeneracional que existe.

Después apareció el Seven de Punta del Este que le dio preponderancia en el rugby nacional. Eso empezó de la mano de 4 personas: Gabriel Varela, Pedro Bordaberry, Juan Cat y Martín Guerra. Ellos fueron los grandes impulsores de esa idea.

Cuando volví, me encontré con el embrión de un nuevo club. Me sumé a una Comisión Directiva en diversos puestos hasta que me tocó la Presidencia un año.

Pero una cosa que me parece a destacar es el espíritu de desarrollo que tuvo el rugby del Club a lo largo de toda su historia. Había que desarrollar el rugby, había que ser generosos. Y así como antes se había formado Trouville y Los Cuervos también con gente de Old Boys, el Seven fue un aporte inmenso al rugby local y la semilla de lo que es hoy el Seven uruguayo.

¿DURANTE TUS AÑOS COMO DIRECTIVO QUE TE TOCÓ HACER?

Presidí el año que en el Seven ganó Fiji y estuvo presente el Presidente que era Lacalle Herrera.

El objetivo era crecer, se había dado un paso grande con la vuelta al predio del Colegio y queríamos desarrollar el Club.

Ayudó mucho el desarrollo del Seven de Punta del Este que actuó como un imán para que muchos chicos quieran jugar al rugby y de a poco comenzó a desarrollarse el fútbol.

ESTUVISTE EN LAS NEGOCIACIONES CUANDO SE PRESENTARON LAS OPCIONES PARA MUDARSE DE CIUDAD VIEJA.

Sí, es verdad, se presentó una opción de hacer una alianza con el Club Hipico de Solymar y en aquellas conversaciones los “negociadores” éramos el Negro (Juan Bautista) Bado y yo. La idea era buscar una opción porque Lindolfo ya no lo era.

Por suerte le hicimos caso a Pepo (Alfredo Invernizzi). El cambio acá fue fantástico y la fusión con las Old Girls le dio una dinámica importante. Y lo que comenzó a pasar fue que se empezó a acercar gente de distintas generaciones, desde la de mis padres hasta gente mucho más chica que yo.

 

¿SOS UN SOCIO ACTIVO?

Soy activo y vitalicio. Sigo participando del Club. Siempre vengo a ver los partidos de rugby. Bueno…en verdad hace un par de años que no vengo tanto por temas laborales. Trabajo para el Gobierno y muchas veces se me complica. La oficina es en Rincón e Ituzaingó, para venir a almorzar me queda un poco lejos (risas), pero igual estoy en las charlas de WhatsApp.

¿QUÉ SENSACION TE CAUSA VER EL CLUB HOY DESPUES DE HABER VIVIO TANTAS COSAS?

La primera emoción que te nace es de orgullo. El club ha crecido de una manera fantástica. El espíritu de colaboración intergeneracional se ha multiplicado, la sociedad con las Old Girls ha sido exitosa.

La incorporación del Anexo como un avance que era previsible y que es la manera de crecer.

¿QUÉ MENSAJE LE DEJARÍAS A LOS CHICOS QUE VAN TERMINANDO EL COLEGIO Y MIRAN LA POSIBILIDAD DE SUMARSE AL CLUB?

Creo que, si tuviste una buena experiencia en el Colegio y saliste queriendo al Colegio, el paso impostergable es seguir en el Club. Es continuar desarrollando los valores que adquiriste en el Colegio.

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