En plena temporada de rugby de XV, nos llegó una invitación muy tentadora para participar a fines de junio en un torneo de Seven en el Caribe, concretamente en las Islas Cayman.

Las referencias de Islas Cayman eran solo de que era un importante centro financiero y turístico, pero deportivamente no había casi información.

Nos contactamos con del Director general del torneo, Mr. Niall Brooks, quien nos dijo que la invitación incluía inscripción en el torneo, alojamiento y comida para 12 personas, transporte interno y vuelo ida y vuelta de Miami a Cayman.

Además, entre los equipos que ya habían confirmado participación estaban Cambridge University, Ombacs de Estados Unidos, la selección de Jamaica, y un equipo invitación Fijian Barbarians. O sea, buenos equipos, isla en el Caribe y solo teníamos que pagar los pasajes Montevideo– Miami -Montevideo-, más tentador imposible.

Aceptamos la invitación. se eligieron, o mejor dicho, pudieron viajar 10 jugadores: Chapi (Juan) Campomar, Pingo (Agustín) Pereira, Memo (Benjamín) Bono, Andre Imaz, Moto (Martín) Aznarez, Seba Salveraglio, Caco (Joaquín) Pastore, Negro (Juan Bautista) Bado, Carlitos Peña y Juan Pi Rodríguez.

Peti (Fernando) Paullier se quedó sin viajar porque se lesionó en la última práctica, dos días antes de viajar, así fue como se subió JuanPi. Pela (Felipe Puig) viajó como técnico y yo como manager y médico.

A la delegación se sumó el Manzana (Alejandro) Behyaut , como acompañante,  con idea de quedarse a vivir en Miami. El equipaje de Manzana incluía una gran paellera, ya que pensaba incursionar en el rubro gastronómico en Miami.

La información que nos mandó Niall Brooks era muy detallada y todo parecía estar bajo control. Antes de viajar nos enteramos que la visa para entrar a Cayman era de 100 dólares por persona, algo que Niall no nos había informado. Cuando nos comunicamos con él y le dijimos que no sabíamos nada de la visa y que no estaba dentro de nuestro presupuesto, no nos contestó nada concreto, pero nos dijo que viajáramos, que lo de las visas se arreglaba allá en el aeropuerto de Georgetown.

En esos días el tema cambiario en Uruguay era muy incierto y los rumores de devaluación eran diarios, Por esa razón viajábamos realmente con presupuesto justo, y agregar esos 100 dólares por persona no estaba en nuestros planes.

Al llegar a Georgetown a un aeropuerto muy chico, enseguida nos pararon en Migraciones exigiendo el pago de la visa. Les dijimos que veníamos a jugar un torneo de rugby y que Mr. Brooks ya había arreglado todo.  Mr. Brooks no aparecía y los de migraciones nos decían claramente “no pay, no way “. Finalmente aparece Niall pidiendo disculpas, arregla para que nuestros pasaportes quedaran retenidos y que al otro día iría a Migraciones a pagar las visas.

Cuando salimos al estacionamiento con Mr. Brooks, rápidamente nos dimos cuenta que era tremendo “crook”. Nos había ido a buscar en una camioneta pickup y nos tuvimos que acomodar todos con nuestros bolsos en la caja de la camioneta. Por suerte el hotel Marriot era muy bueno y ubicado frente a la famosa playa Seven Mile.

Otra sorpresa que nos comunicó Niall era que la invitación incluía alojamiento con desayuno y solo una comida por día.

A la mañana siguiente aparece en el hotel a negociar el pago de las visas y ahí en acuerdo con los jugadores le comunicamos que nosotros habíamos sido claros desde el principio que no pagábamos las visas, y que ya nos estaba faltando una comida por dia, por lo cual si no solucionaba el tema de las visas nos volvíamos a Miami.

Finalmente nos lleva a Migraciones a Pela y a mí para pagar las visas y así recuperar los pasaportes. Al llegar intenta pagar con una tarjeta de crédito y se la rechazan. Finalmente escribe un cheque por los 1200 dólares para que nos emitan las visas y nos devuelvan los pasaportes. Cuando llegamos a la camioneta, nos dice ¨espero que no lo traten de cobrar en estos días porque no tengo fondos en esa cuenta’’. ¡Increíble!

Deportivamente nos fue muy bien, jugamos con buenos equipos, clasificamos a la Copa de Oro, dejamos fuera de la semifinal a Cambridge University que dirigidos por el All Black Owen Scrimgeour, era favorito para estar en la final con los Fijian Barbarians.

En nuestro partido con los Fijian Barbarians perdimos pasada la hora en una larguísima juagada que para variar termino con un try de su número 5. El relator del estadio nos bautizó como ¨flying mosquitos’ por la cantidad de tackles punzantes que hacíamos por partido.

EL día anterior perdimos bien con los Ombacs, con un espantoso arbitraje de un juez local, muy mayor y que se equivocó permanentemente en sus decisiones. El partido con los Ombacs que incluían varios internacionales de USA 7 fue muy áspero. Ellos pensando que no hablábamos ingles nos decían ¨monkeys¨, lo cual genero varios incidentes. Al terminar el partido le recriminé de muy mala manera, su pésimo arbitraje. ¡Un desastre lo mío ese día!  No me acuerdo que le dije, pero sé que al otro día le fui a pedir disculpas. Él también se dio cuenta que no tenía nivel para arbitrar porque el segundo día no volvió a pisar la cancha y se quedó en la mesa de control.

El beneficiado fue el Manzana Bayhaut quien iba casi de paseo y terminó arbitrando una cantidad de partidos y haciendo de chofer de varias delegaciones en la única van de la organización.

Estando en Cayman nos enteramos que el Ministro de Economía había renunciado, Uruguay había devaluado y el dólar había pasado de 17 pesos a 24. Se presagiaba una corrida bancaria y los recuerdos de lo que había pasado en Argentina asustaba mucho a todos.

Estábamos en un lugar muy caro con el dólar a 17, con el dólar a 24 pasó a ser prohibitivo. Burger King y Pizza Hut eran los únicos lugares donde podíamos comer y para peor, lo que nos daba la organización en el Hotel no era muy abundante para la delegación. En Pizza Hut comíamos diariamente aprovechando la promo de 2×1 en pizzas grandes.

En la cena final del campeonato que ganaron los Fijian Barbarians, Niall Brooks vuelve a hacer un papelón increíble. El torneo tenía premios en efectivo para los cuatro semifinalistas y para el mejor jugador del torneo, que se elegía por votación de todos los managers.

El premio para el equipo por el cuarto puesto fue de dos mil dólares y usamos 1000 para pagar gastos en el hotel y mil se los entregamos al Club en Montevideo.

Para el MVP el premio era de mil dólares. Los managers votamos y el MVP fue compartido entre el 5 de Fijian Barbarians (tremendo jugador) y Memo, que jugo un torneo impresionante. En el partido contra Jamaica que tenían un equipo con varios juveniles y otros experimentados jugadores, uno de los juveniles que era muy picante y con un cambio de paso impresionante tuvo la mala suerte en una de sus tantas pisadas de encontrarse con Memo que frente a la tribuna le metió un tackle tremendo que lo sacó del torneo. Con ese y otros tackles Memo paso a ser uno de los jugadores favoritos de la tribuna.

Cuando vino el momento de cobrar los premios, Niall para variar se hacia el distraído y demoraba en entregar los dólares. Yo vi que la mano venia mal, porque ya había antecedentes con nosotros de incumplimientos varios de la organización del torneo. Me acerqué entones a Owen Scrimgeour a quien conocíamos del Seven de Punta y le pedí que lo presionara a Niall, con toda su chapa de coach de Cambridge University y ex All Black 7.

Eso sirvió para que Niall no siguiera mintiendo y fue hasta el bar y de la recaudación de la barra y de su bolsillo sacó la plata y nos la entregó. Tremendo chanta…tremendo crook Mr. Brook.

Nos despedimos de Cayman contentos de haber jugado a buen nivel, haber ido a un arrecife a bañarnos con mantarrayas gigantes, haber armado un excelente grupo muy identificados con la Azulgrana (5 de los 12 que estuvimos en Cayman seguimos siendo parte del staff actual del rugby del Club, dos son ex coaches y cuatro juegan los fines de semana en los equipos de futbol de OBC).

Llegamos a Miami y nos encontramos con otra sorpresa.

Al bajar del avión de Aerolíneas Argentinas de mañana, se acerca un funcionario de la aerolínea y nos pregunta si teníamos conexión con otro vuelo. Al contestarle que de noche nos íbamos a Montevideo, nos dice que ese vuelo estaba sobrevendido, que Aerolíneas Argentinas nos ofrecía 500 dólares a cada uno por noche más el hotel si no podíamos volar porque el avión estaba lleno.

Inmediatamente todos alucinamos con la oferta. Nos dice que podíamos salir del aeropuerto y debíamos volver a las 6 de la tarde. Si el avión se completaba con otros pasajeros nos daban los 500 dólares y nos llevaban al hotel hasta el otro día. Así que a las 6 de la tarde llegamos al aeropuerto esperando que el vuelo se llenara para hacernos de 500 dólares cada uno y capaz que más si el vuelo seguía lleno al otro día.

Por suerte no gastamos dólares a cuenta de lo que nos podía dar Aerolíneas Argentinas, porque lamentablemente el vuelo no se llenó y nos embarcamos a Montevideo sin el posible premio que nos venía muy bien a todos, sobre todo con el precio del dólar en ese momento en Uruguay.

Termino así un excelente viaje, a un lugar exótico para jugar rugby, en un torneo de buen nivel, donde una vez más confirmamos que aun sin mucha preparación (estábamos en plena temporada de XV) podíamos jugar Seven a buen nivel.

También nos confirmó lo espectacular que era el Seven de Punta del Este, dentro y fuera de la cancha donde todos recibían atención Premium y donde cumplíamos estrictamente lo que prometíamos.

Niall Brooks no hubiera calificado ni para ball boy en el Seven de Punta…

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